martes, 25 de octubre de 2016

La vida… ¿es sueño?


El mundo en el que vivo es mejor que cualquier utopía. No hay hambre, guerra ni deseos ambiciosos.
Si te lo cuento es porque quiero que también tú algún día lo vivas. Ahora me encuentro escribiendo una bitácora de las bondades de esta tierra.
Sé que estás triste porque andas en busca de un Edén como el mío pero escucha mi consejo, ya no pelees con tu hermano, dedíquense a enriquecer el mundo que ahora tienen.

La caída

Era la más bella y sublime de las criaturas, tanto que no se mostró ni a los ángeles ni a los hombres. Apartada siempre de todos, tratada como algo que no puede siquiera contemplarse, el misterio que la envolvía me hizo sentir curiosidad por ese enigmático ser.

La bienvenida


Llegué a mi nueva casa en las afueras de la ciudad. Al abrir la cortina de la habitación trasera, descubrí en lontananza una casona abandonada en lo alto de una colina que por el camino principal no se veía. Era hermosa y macabra a la vez; rodeada de árboles que vistos a la distancia adquirían formas siniestras. Cerré la cortina porque sentí escalofríos. Concentrado en desempacar, no pensé más en ese lugar.  

El hada y el destello de la luna

Erase una vez en el mundo feérico. Era un reino que estaba dividido en dos: el de las hadas blancas y el de las hadas negras.
Era hermoso ver a esos pequeños seres alados vestidos negros o blancos respectivamente, pero había una entre todas ellas que destacaba por sus singulares rasgos ya que esa hada poseía los colores del arcoíris en sus alas y traje.